-Acamparemos aquí esta noche.
-¿No estaríamos mejor a la orilla del río?
Boromir, para variar, se opone a Trancos. O Aragorn. Me gusta seguir llamándole Trancos, si le llamo de la otra forma parece que deja de ser el explorador en quien confiamos.
Sólo espero que no nos movamos. Estoy tan cansado que podría quedarme dormido de pie. Me siento en el suelo. Los pies me duelen. Mi cuerpo me pesa. Me cuesta no cerrar los ojos.
-¿Cansado, Pippin?-Pregunta Merry, en tono burlón, sentándose a mi lado.
-Podría seguir andando toda la noche.
-Seguro…
Su sonrisa no deja lugar a dudas de que opina lo contrario.
-No deberías hablar. Tienes un aspecto horrible.
Pone los ojos en blanco. Supongo que los dos tenemos las mismas ojeras, el mismo rostro fatigado y sucio por el largo camino y la misma mirada somnolienta.
-¡Hablo en serio, Merry! Tendrían que verte así tus amiguitas.
-¿En serio piensas que tú estás presentable?-Ríe empujándome.
-Bueno, pero tú siempre has sido el guapo, y yo el listo. Así que tú perderías toda tu reputación si te vieran así. Ya sabes, tú eres la cara bonita y yo…-Me levanto mirando con decisión al frente y poniendo las manos en la cintura.- ¡Yo soy el intrépido e irresistible Peregrin Tuk!
Merry me mira fingiendo estar resignado. Pero le conozco demasiado bien para adivinar la sonrisa que esconde en sus labios. Me encanta esa sonrisa. Me encanta hacer todo tipo de locuras si así consigo hacerle sonreír.
Algo me golpea en la cabeza y atrapo aturdido una manzana.
-¡Tu cena, intrépido e irresistible Tuk!-Grita Sam y Merry estalla en carcajadas.
-¿Es una broma? Podría comerme el pony entero.
-Tenemos que racionar la comida.-Trancos me ofrece una porción de pan élfico tan diminuta que me entran ganas de ponerme a llorar.
-¡Pero yo aún estoy creciendo!-Protesto.-Necesito comer bien.
-El pan élfico te alimentará bien, no te preocupes.- Contesta Legolas, amablemente.
Me siento de nuevo, desanimado, al lado de Merry. Boromir enciende una hoguera y para cuando las llamas crepitan yo ya me he acabado mi cena. Miro al pony, planteándome en serio asarlo y devorarlo.
-Ni se te ocurra.-Me advierte Sam. Me cruzo de brazos enfurruñado.
-Nos matáis a andar todo el día. Nos matáis de hambre. Nos obligáis a hacer guardia. Boromir nos hace entrenar con la espada antes de que amanezca… -El aludido me mira divertido, y yo medio sonrío en respuesta. ¿A quien voy a engañar? Me encanta jugar con él. Agun día Merry y yo conseguiremos derrotar a ese gigantón. - ¿Qué pensáis que somos? ¿Soldados?
-Pippin, ¿dónde pensabas tú que os estabais metiendo?-Pregunta Frodo.
Algunos se ríen. Merry el que más. Coloca en mis manos parte de su cena.
-Estoy demasiado cansado para seguir comiendo.-Murmura, tumbándose.
Sé que es mentira. Nunca estamos demasiado cansados para comer. ¡Pero si soy capaz de convencerle de que entremos en cualquier jardín ajeno asegurándole que he visto cómo ponían a enfriar un pastel en la ventana!
Merry se acomoda en las mantas, apoyando la cabeza en mis piernas.
-Si estás cansado y quieres dormir avísame y me quito.-Me ofrece retándome. Yo nunca reconoceré que me caigo de sueño.
-Tengo tanta energía que tal vez me quede despierto toda la noche.-Le aseguro.
Merry se ríe entre dientes cerrando los ojos mientras yo me como con ganas la comida que me ha cedido. El fuego sigue danzando, cálido e hipnótico. Todos se preparan para dormir menos Gandalf y Légolas. Mi primo se queda dormido el primero exhalando regularmente su aliento cálido contra mis tobillos.
-Deberías dormir, Peregrin.-Dice en voz baja el mago, mirándome seriamente.
-No estoy cansado.- Él resopla.
-Me da miedo que no seas ni vagamente consciente de la seriedad de nuestra misión.
Gandalf siempre me intimida un poco. Bajo la vista a la cabellera rubia de mi primo y jugueteo enroscando uno de sus rizos en mi dedo.
Merry... Espero no haberte vuelto a meter en un lío demasiado grande. Pero cuando una aventura como esta se presenta no es cuestión de rechazarla para volver a la aburrida comarca, ¿no?
Me despierto bien entrada la noche. Me duele la espalda. He caído dormido hacia atrás, recostado sobre incómodas piedras. Merry respira tranquilamente, su cabeza sigue apoyada en mis piernas dormidas. Le revuelvo los desordenados rizos rubios.
-Merry…
Él murmura algo entre sueños
-¡Merry!
-¿Qué?-Masculla entreabriendo los ojos.
-Estoy cansado, Merry. Quiero dormir.
Una ancha sonrisa triunfante se dibuja en la cara de mi primo. A pesar del cansancio, estoy seguro de que esa sonrisa lograría engatusar a media comarca. Merry es encantador, aunque él no sea del todo consciente. Puede que el no serlo le haga aun más encantador.
Se incorpora para que pueda estirar las piernas y me acurruco a su lado, espalda contra espalda.
-Sigues siendo un crío, Pippin.-Murmura entre sueños.
-Y tú no te cansas de seguirme el juego, Merry.
-Alguien tiene que cuidar de ti.
-Y alguien tiene que hacerte sonreír.
Ya sabía yo que ibas a quedarte dormido enseguida, siguies siendo aún muy pequeño para todo esto...
ResponderEliminarY sí, que sepas que este es el lío peor y más grande en el que me has metido nunca... pero no me importa. Una aventura más que podremos narrar en la Comarca.
Porque tranquilo, regresaremos siendo unos héroes.
Yo me encargaré de que regreses de una sola pieza para poder presumir en la taberna ^^